Los próximos jueves y viernes, los jefes de Estado o de Gobierno de los países ricos y emergentes se dan cita en Seúl para concretar un plan de acción que permita dejar definitivamente atrás la crisis que hace dos años agrietó los cimientos financieros mundiales.
Con la capital surcoreana en alerta terrorista máxima por primera vez desde los atentados del 11-S de 2001, los viceministros de Finanzas del G20 iniciaron hoy las consultas para ultimar la agenda de los 25 mandatarios que comenzarán a llegar a la ciudad este miércoles.
Las discusiones giran en torno al borrador preliminar de la llamada "Declaración de Seúl", que los líderes harán pública el viernes al término de la cumbre y que se espera lime diferencias entre países desarrollados y emergentes en política comercial y monetaria.
Una fuente del Gobierno surcoreano indicó hoy a la agencia local Yonhap, en condición de anonimato, que será "complicado" alcanzar un acuerdo numérico en propuestas como la de EEUU de establecer un límite al déficit o superávit por cuenta corriente de los países.
Sin embargo, consideró probable que de Seúl salgan unas "guías generales" sobre esta cuestión, ya que "hay un amplio consenso sobre la necesidad de cambios para evitar que las condiciones se deterioren aún más", en relación a los desequilibrios comerciales.
Los líderes también abordarán la llamada "guerra de divisas", con la acusación de Washington a Pekín de mantener el yuan artificialmente bajo para favorecer sus exportaciones y la reclamación de que flexibilice el tipo de cambio.
Desde el otro lado del Atlántico, sin embargo, varios países han tachado a EEUU de contradictorio, especialmente tras la inyección de 600.000 millones de dólares en el sistema financiero anunciado la semana pasada por la Reserva Federal, que ha sido criticada desde algunas economías emergentes por favorecer la depreciación del dólar.
Algunos países ricos quieren que Asia, además de ser el motor de la recuperación por sus exportaciones, contribuya con un mayor consumo, por lo que buscan que países emergentes con un fuerte superávit comercial, como China, se comprometan a potenciar la demanda interna.
Aunque el comercio y las finanzas se vislumbran como protagonistas absolutos del encuentro, estos días previos a la reunión los viceministros trabajan también en un plan de acción dirigido a alcanzar los Objetivos del Milenio de la ONU para 2015, según Yonhap.
Como anfitrión de la cumbre, Corea del Sur espera presentarse a la comunidad internacional como un país próspero, moderno y con un fuerte potencial de crecimiento en la región que en 2009 comenzó a encabezar la recuperación económica mundial.
Inmediatamente tras la cita del G20, el vecino Japón tomará el relevo de Seúl con la reunión de jefes de Estado y de Gobierno del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), integrado por 21 economías que representan más de la mitad del Producto Interior Bruto (PIB) del planeta.
La cumbre del APEC, que se celebrará el próximo fin de semana en la ciudad de Yokohama, muy próxima a Tokio, volverá previsiblemente a tratar a nivel regional algunos de los temas discutidos en el G20, incluidos los desequilibrios comerciales.
En este sentido, buscará acercar posturas para tratar de reducir la brecha entre pobres y ricos, todo un desafío para un foro que incluye a economías tan dispares como las de EEUU, Rusia, Vietnam o Papúa Nueva Guinea.
0 comentarios:
Publicar un comentario