El Grupo de los 20 principales países industrializados y en desarrollo alcanzó el fin de semana un acuerdo histórico para reformar el Fondo Monetario Internacional de modo que sea reflejo de un nuevo orden mundial en el que las naciones emergentes son algunas de las principales potencias económicas.
"Esta supone la mayor reforma en el sistema de gobierno de la institución", dijo el director gerente del FMI a periodistas tras la reunión de ministros de Finanzas y banqueros centrales del G-20 celebrada en Corea del Sur.
La reestructuración del FMI, muy esperada, ha servido para que Estados Unidos y otros países avanzados incentivaran a que China y otras naciones emergentes suscribieran nuevos objetivos de equilibrio con los que calmar los mercados de divisas.
Con esta reforma se quiere poner fin a una estructura anacrónica basada en los equilibrios de poder que resultaron de la Segunda Guerra Mundial, y ahora los países emergentes tendrán representación proporcional en la primera institución financiera del globo, mayor capacidad de expresión y voto.
Altos cargos de Estados Unidos y Europa esperan que la mayor presencia de economías emergentes en el organismo refuerce su función y la convierta en algo más parecido a lo que se pretendía en el momento de su creación en las conferencias de Bretton Woods en 1944: que actúe como árbitro imparcial en los asuntos económicos mundiales.
"El FMI se creó para jugar un papel, pero su capacidad para ello en la práctica se ha visto limitada por el rechazo de sus miembros a exponerse a una evaluación imparcial, independiente y externa de los efectos de sus políticas en la economía mundial en su conjunto, y a que la gestión y el personal del FMI ofrezcan juicios generales sobre los desequilibrios de los tipos de cambio", dijo el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner.
"Esto tiene que cambiar, y queremos ver cómo el FMI actúa según el mandato que recibió aquí hoy", dijo Geithner el sábado. Añadió que esperaba que el aumento de poderes del FMI no haga que los países caigan de nuevo en el proteccionismo y las políticas competitivas de divisas.
"Sin un mecanismo fuerte e independiente para favorecer la cooperación, los países tendrán más presión para tomar medidas para proteger sus propios intereses".
En un movimiento crucial, los países europeos han acordado ceder dos de sus seis puestos en el consejo. El acuerdo aún sobrepasa la orden dada por el G-20 con respecto a los cambios de porcentajes de representación de los países en desarrollo. Un 6% de la capacidad de voto pasará a países que tenían una infrarepresentación y otro 6% a países emergentes dinámicos será transferido desde economías avanzadas.
En vez de tener miembros nombrados, el consejo será elegido en su totalidad.
"Seremos un consejo totalmente legitimado", una vez que se ratifique y se implemente la reestructuración, dijo el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn.
El FMI se reunirá en las próximas semanas para ratificar su decisión y entonces llevará aproximadamente un año a los europeos decidir qué países abandonan sus puestos. Los países europeos más pequeños como Holanda, Bélgica o Dinamarca tienen grandes probabilidades de perder sus puestos en favor de otros como Turquía, Corea del Sur o Polonia.
El viceministro de Finanzas alemán, Jörg Asmussen, dijo que China era el país más beneficiado por las reformas, y que sería el tercer mayor miembro, sólo por detrás de Estados Unidos y Japón.
Con las nuevas ponderaciones, las diez mayores representaciones de voto recaerán en seis de los países tradicionales del G-7 y en los cuatro que forman el BRIC: Brasil, Rusia, India y China, añadió Asmussen.
En contraste, la cuota de Alemania en el FMI cerá de 6,1% a 5,6%, la de Reino Unido será de 4,5% y la de Francia de 3,98% (ambas están ahora ligeramente por debajo de 5%).
Asmussen añadió que en el futuro, cada representante será elegido y que cada país tendrá un derecho de voto equivalente a su cuota. En la práctica, esto significa que los diez países con mayor representatividad se asegurarán un puesto en el directorio y los otros 14 corresponderán a los países que logren tener un apoyo mayor.
Según las normas de representatividad actuales del FMI, los países con las cinco mayores cuotas pueden nombrar automáticamente a un director, mientras que otros se nombran por un complejo esquema de apoyos que favorece a los países europeos.
Fuente: http://www.wsj.com/
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