Kirchner, de 60 años, murió en la mañana del miércoles de un ataque al corazón, después de ser hospitalizado por tercera vez este año. Se creía que Kirchner se lanzaría a la presidencia en 2011 o al menos sería clave en la campaña de reelección de su esposa.
En los siete años en los que los Kirchner han gobernado Argentina, el estado ha expandido significativamente su rol en la economía, aunque el tono de la política ha sido marcado por fuertes disputas entre gobierno y oposición.
La fuerte de Kirchner incrementa las posibilidades de que Fernández sea la representante de la izquierda en las elecciones de octubre de 2011 y el símbolo del legado de su esposo. Un informe de Barclays Capital dijo que Fernández probablemente se beneficiará de "una ola de simpatía". Su popularidad ha mejorado un poco durante el último año, en parte debido a un rápido crecimiento de la economía argentina, la cual está basada en la agricultura.
Sin embargo, la encuestadora argentina Mariel Fornoni considera que gobernar o hacer campaña sin su marido será "una prueba de fuego" para Fernández, de quien se cree que dependía mucho de la asesoría política de su esposo.
"Es muy pronto como para decir qué va a suceder, debido a que el estilo personalizado de Kirchner era una parte esencial de este gobierno", dijo Fornoni. "El panorama ha cambiado de repente y tendrá que ser reconfigurado".
Uno de los nombres a tener en cuenta es el del gobernador de la provincia de Buenos Aires Daniel Scioli, quien se ha mantenido leal a los Kirchner, mientras mantenía lazos con los agricultores y partes del sector privado que los Kirchner han alienado. Es concebible que emerja como un candidato de consenso para unir al partido Peronista, indicó Barclays.
La muerte de Kirchner también podría mejorar las posibilidades una grupo de candidatos más pragmáticos que sufrieron los ataques de Kirchner. Uno de ellos es Julio Cobos, el vicepresidente de Fernández, quien rompió con los Kirchner hace dos años luego de tomar partido por los agricultores en una disputa sobre el aumento de los impuestos a la exportación de granos. Otro político con su mira puesta en la presidencia es Mauricio Macri, el alcalde de Buenos Aires, el cual se ha visto envuelto en una demanda ligada a interceptaciones telefónicas que él asegura que fue forjada por aliados de los Kirchner.
En 2003, Kirchner, que entonces era un desconocido gobernador de la Patagonia, ganó la presidencia, principalmente debido a que otros políticos más conocidos del partido peronista eran reacios a buscar el cargo después del colapso económico de 2001-2002. Durante la gestión de Kirchner, la economía disfrutó de una fuerte recuperación, ayudada por la creciente demanda china por la soya argentina.
Sin embargo, la combatividad de Kirchner ya estaba colmando la paciencia de los argentinos para el momento en el que orquestó la candidatura presidencial de su esposa, que ya se desempeñaba como congresista, capturando de nuevo la presidencia en diciembre de 2007.
Apenas unos meses después de asumir el poder, Fernández se involucró en una batalla con los agricultores por el incremento al impuesto a las exportaciones, el cual unido a la recesión global le quitó buena parte de su apoyo. Los Kirchner habían disfrutado una cierta resurgencia de su popularidad durante el último año, en parte gracias al crecimiento de la economía y a los errores de algunos de sus opositores.
Fuente: http://www.wsj.com/
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