En julio, a pesar de que las expectativas de analistas recogidas por Bloomberg se
ubicaban en 10.4%, el crecimiento anual de la economía peruana fue de 9.1%. Al
igual que en meses anteriores, los sectores más dinámicos fueron manufactura
(especialmente no primaria) y construcción, mientras que los sectores primarios se
mantuvieron rezagados, llegando incluso a observarse una caída en la producción
pesquera.
Ahora bien, a pesar de este crecimiento por debajo de lo esperado, entre enero y
julio el crecimiento acumulado ha llegado a 8.3%. En este contexto, el BCR proyecta
un crecimiento a cierre de año entre 7.5% y 8.0%, mientras que tanto analistas
locales como extranjeros han venido revisando sus proyecciones continuamente al
alza.
¿Significa entonces que el resultado de julio debería ser una señal de alerta ante
expectativas demasiado favorables? No por varias razones. En el plano estadístico, en
julio se tuvo el impacto de menores días laborables este año frente a julio del año
pasado (20 contra 21). Adicionalmente, en los próximos meses la base de comparación
frente a los meses correspondientes del 2009 será más alta, por lo que se espera
que el ritmo de crecimiento siga moderándose., aunque probablemente el promedio
del año supere el rango inferior del rango previsto por el BCR.
Además de dichos factores, se tienen las razones económicas. Y entre ellas juega de
manera importante el ajuste monetario que el BCR ha venido implementando desde
mayo (no sólo con la subida de la tasa referencial, sino también de la tasa de encaje),
el cual tiene impactos que se distribuyen a lo largo del tiempo y que impactarían
en el ritmo de actividad con mayor intensidad en los próximos meses. De esta manera,
la autoridad monetaria ha venido enfrentando preventivamente los riesgos
inflacionarios.
Asimismo, en julio se ha observado el efecto de una postura fiscal más moderada.
Así, el rubro servicios gubernamentales creció 2.4%, frente a una expansión promedio
en los seis (doce) meses anteriores de 2.6% (5.5%). Del mismo modo, el ajuste
fiscal se ha observado, y con mayor intensidad, en al avance físico de obras del
sector construcción, que en julio creció a un ritmo anual de 5.9%, frente a una expansión
promedio anual de 33.7% en la primera mitad del año.
Si bien es cierto que la postura monetaria ha venido ajustándose en los últimos meses,
la política fiscal se ha mostrado algo más errática y podría generarse temores de
que el ajuste no continúe en los próximos meses, sobre todo considerando el reciente
cambio de ministro de economía, las elecciones presidenciales y el comentario
presidencial de su intención de llegar a 150 mil obras al final de su mandato (van
130 mil). En la medida que dichas obras estén presupuestadas y reflejen una mejora
de la infraestructura del país (aspecto en el que ocupamos el puesto 88 entre
139 países según el más reciente Reporte de Competitividad), su ejecución será
positiva. En caso contrario, se podría generar un incremento en el déficit que condicione
negativamente la situación inicial del próximo gobierno, sobre todo teniendo
en cuenta que la contribución del sector público al crecimiento (que depende sobre
todo de la inversión privada) es moderada y la incertidumbre sobre la economía
mundial para el próximo año aún no está resuelta y que una de las fortalezas del
Perú es justamente su situación fiscal (puesto 30 en el mundo según el mismo Reporte).
Fuente:BCP
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