jueves, 30 de septiembre de 2010

EE.UU.: Datos validan preocupación por fortaleza de la recuperación.


La semana pasada, la FED recalcó su preocupación por la recuperación y se mostró
presta a tomar las medidas necesarias para asegurar la salida de la crisis. Algunos
días después, los indicadores más recientes validan dicha preocupación y parecen
mostrar lo que se viene convirtiendo en un consenso: la recuperación en EE.UU.
seguiría, aunque a un ritmo prolongadamente lento. En efecto, de acuerdo con el
Conference Board, el indicador líder de la economía norteamericana (LEI, por sus
siglas en inglés) creció 0.3% en agosto respecto de julio, lo que no sólo superó lo
esperado por el consenso (0.1%) sino que representó la segunda expansión mensual
consecutiva. Tal resultado logró opacar el desempeño negativo de junio (-0.1%)
y, en ese sentido, redujo el riesgo de recaída que venía calando entre algunos analistas.
Los rubros de mayor aporte al índice fueron el mercado bursátil y la oferta monetaria
(M2), los que crecieron 0.7% y 0.3%, respectivamente. Si bien lo anterior
puede sonar positivo, lo cierto es que, tras 14 meses de finalizada la recesión, el LEI
muestra un estancamiento en su ritmo de recuperación que suma a las perspectivas
de crecimiento por debajo del potencial por varios meses más. De hecho, en relación
a las últimas cuatro recesiones, luego de un desacople promovido por variables
de oferta, el ritmo de recuperación del LEI viene convergiendo al de crisis de recuperación
lenta como en 1990-1991 y 2001. Más aún, es importante mencionar que,
en el resultado de agosto, una vez más, las variables asociadas a demanda quedaron
rezagadas: el sector inmobiliario y la confianza del consumidor, por ejemplo, permanecen
en niveles bastante deprimidos. Respecto de lo primero, aunque la venta de
casas existentes, que da cuenta de alrededor del 80% del total del mercado, creció
7.6% en agosto respecto del mes previo, ello respondería al bajo nivel de comparación:
en julio, dichas ventas reportaron su valor mínimo histórico. En ese sentido, aún
con el repunte, el nivel de las ventas permanece deprimido y no parece que la recuperación
a niveles más sustentables se realice con rapidez pues las tasas hipotecarias
han permanecido bajas desde hace algunos meses sin tener un impacto real
sobre las ventas.
Por su parte, el índice de confianza del consumidor cayó en septiembre de 53.2 a
48.5, cifra menor a la esperada por el consenso de analistas (52.1) y la menor desde
febrero. En tal desempeño siguió influyendo el persistente desempleo, cuya duración
viene prolongándose, y el valor de las viviendas, que no termina de recuperarse.
Así, en relación a las condiciones actuales, el porcentaje de las familias que manifiestan
que el contexto actual para los negocios se encuentra malo creció de 42.3% a
46.1%, en tanto que los que manifiestan que el ambiente es positivo cayó de 8.9%
a sólo 8.1%. Asimismo, los hogares que manifiestan que el mercado laboral se encuentra
menos favorable siguió en aumento. De manera particular, por ejemplo, el
Conference Board informó que el 46.1% de los hogares manifestó una mayor dificultad
para conseguir empleo en septiembre (vs. 45.5% en agosto), lo que hace
evidente que las perspectivas de los agentes son aún débiles. Respecto de lo que se
espera en adelante, los consumidores también mostraron una posición más pesimista:
(i) hubo un incremento en la proporción de familias que considera que las condiciones
empresariales empeorarán en los próximos 6 meses (16.4% vs. 13.4%), así
como que el número de puestos de trabajo será escaso (22.7% vs. 19.6% en agosto);
(ii) y hubo menos hogares que consideran que sus ingresos mejorarán.
Con todo lo anterior, queda claro que la recuperación en EE.UU., si bien en camino,
está aún lejos de ser vigorosa. Los fundamentos de la salida aún no se encuentran
en su mejor estado y tardarían en alcanzarlo. Las medidas de estímulo (fiscales y
monetarias) ayudarían, aunque su impacto efectivo es cada vez más discutible. En
adelante, y como ha sido siempre, el consumo será el que marque la pauta. Sin
embargo, los cimientos para su repunte aún no están sólidos. Las familias vienen
siendo golpeadas por un desempleo que persiste y la pérdida en el valor de los activos
que guardan como riqueza (sus viviendas).
Fuente: BCP

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