miércoles, 8 de septiembre de 2010

EE.UU.: Empleo sugiere mejores (aunque insuficientes) condiciones.


La semana pasada, el Bureau of Labor Statistics (BLS), en el reporte sobre la situación
del empleo, mostró que, si bien las planillas totales continuaron en terreno negativo,
el sector privado siguió contratando personal por octavo mes consecutivo, lo
que mereció una lectura positiva del mercado (el S&P 500 subió 1.3% el día del
anuncio). En efecto, las planillas totales reportaron una caída de 54 mil en agosto, la
que se explicó (al igual que los dos meses previos) por la finalización de 114 mil
empleos creados por el censo. En setiembre, es de esperar que el impacto del censo
persista, en la medida en que aún quedan 88 mil puestos por vencer. Por su
parte, el sector privado creó 67 mil empleos, impulsados por los subsectores asociados
a servicios, salud y construcción. Tal cifra no sólo consolidó un proceso ininterrumpido
de contratación que se remonta desde enero, sino también superó lo esperado
por el consenso (40 mil). Más aún, la revisión de los datos de empleo
mostró un mayor aporte del sector privado para junio y julio, pasando de una expansión
de 31 mil a 64 mil, y de 71 mil a 107 mil, respectivamente.
Si bien lo anterior sugiere que las condiciones del mercado laboral se encuentran
mejor de lo inicialmente reportado, lo cierto es que la creación del empleo es aún
insuficiente para asegurar su saneamiento sostenido. La revisión de las cifras de empleo
mejora el panorama, al mostrar una creación de empleo algo más sostenida.
Sin embargo, sigue mostrando un ritmo muy moderado en la expansión de puestos
de trabajo, similar a la de recesiones de recuperación lenta, lo que sugiere una reabsorción
insuficiente de la mano de obra americana. La relación existente entre creación
de nuevos puestos de trabajo y tasa de desempleo, vigente hasta previo a la
crisis, ha cambiado. Actualmente, bajos niveles de creación de empleo se asocian a
una tasa de desempleo bastante más alta que en el pasado. Ello se asocia a que la
profundidad de la depresión del mercado en la recesión actual es bastante más
grande que en crisis anteriores. Así, por ejemplo, pese a que el sector privado viene
contratando desde enero, la expansión promedio en lo que va del año alcanza sólo
95 mil al mes, cifra menor al crecimiento necesario para reducir la tasa de desempleo
(alrededor de 150 mil). Además, luego de 14 meses de finalizada la recesión
(en julio 2009), se han creado sólo el 9.8% del total de empleos privados perdidos
durante la crisis, cifra incluso menor a la del promedio de las dos últimas recesiones
de recuperación lenta (14.1%).
Con todo lo anterior, lo cierto es que el tema de fondo sobre la evolución del mercado
laboral en el mediano plazo es cómo evitar que se perpetúe una situación de
desempleo elevado. Al respecto, la tasa de desempleo subió ligeramente de 9.5%a
9.6% en agosto. Si bien el desempeño no tuvo mucho impacto sobre el mercado y
respondería a la paulatina reinserción de miembros a la población económicamente
activa, si queda claro que dicha tasa se mantiene en niveles históricamente altos (y
lo seguiría haciendo). Ello se refleja también en la larga duración del desempleo. Si
bien el porcentaje de personas que se mantiene desempleada por 27 o más semanas
cayó en agosto (de 44.9% a 42%), permanece en niveles bastante altos que
hacen más difícil la tarea de sanear el deprimido mercado laboral. Las autoridades
son consientes de lo anterior y el presidente Obama ha anunciado que se han preparado
nuevas medidas fiscales en apoyo a la generación de empleo.



Aunque los detalles aún están pendientes y es incierto cuál sería el impacto efectivo de la medida,
el gobierno ha propuesto un nuevo paquete de estímulo al mercado laboral a
través de beneficios tributarios e inversión. La medida incluye: (i) US$50 mil MM en
inversión en infraestructura de transporte, (ii) las empresas podrán deducir de impuestos
el 100% de la inversión en nueva maquinaria en el 2011, (iii) hacer permanente
el tax credit para investigación y desarrollo y (iv) renovar y expandir, inclusive
de manera retroactiva, los beneficios tributarios a la inversión propuestos durante la
administración de Bush (aunque no se renovarían los beneficios al segmento de
ingresos altos). Si bien ello le daría un impulso positivo a las expectativas, la viabilidad
de corto plazo es aún incierta dada la cercanía de las elecciones congresales en
EE.UU. y las crecientes preocupaciones sobre su situación fiscal, las que restan margen
de acción a la política fiscal.
Fuente:Banco de Crédito

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