En medio de una creciente incertidumbre respecto de la posible (y aparentemente
cercana) extensión del quantitative easing (QE2), el Banco de la Reserva Federal de
EE.UU. (FED) realizó su reunión de política monetaria y, pese a que no dio detalles,
recalcó su temor sobre la recuperación de la economía y manifestó que se encuentra
listo para tomar, de ser necesario, medidas adicionales para asegurar la recuperación
económica y lograr niveles de inflación consistentes con su mandato de estabilidad
de precios y empleo. En efecto, la FED mantuvo su visión de que la recuperación
del PBI y del empleo se ha hecho más lenta en los últimos meses y, en ese
sentido, decidieron mantener la tasa de referencia en 0.25%, en línea con las expectativas
del mercado. Pese a ello, en su nota de prensa, destacaron dos aspectos. En
principio, que si bien el gasto en software and equipment (indicador que siguen de
cerca y que está asociado a la recuperación del empleo) mantiene su tendencia al
alza, ésta se estaría dando a un menor ritmo. Por su parte, también dijeron que pese
a que los préstamos bancarios siguen contrayéndose, dicha contracción sería a una
menor velocidad. Respecto de la inflación, la FED indicó que ésta (que se sitúa en
1.2% en agosto) se encuentra por debajo del nivel que el comité considera como
apropiado (que estaría entre 1.7% y 2.0% en el largo plazo, según se puede deslindar
del comunicado de junio). De lo anterior, se interpretaría que la FED se siente
incómoda con una inflación con tendencia a la baja y cercana a cero, y parece enviar
la señal de que está dispuesta a hacer todo lo necesario (QE2) para incrementar las
expectativas de inflación, lo que se derivaría en una menor tasa de interés real e
incentivaría el consumo de las familias. Cabe destacar, además, que tal muestra de
incomodidad con bajas tasas de inflación es similar a la que la FED tuvo en 2003, a
lo que vino luego un período largo de tasas bajas.
Con todo lo anterior, quedó claro que la FED está preparada para realizar una política
más acomodaticia, de ser necesario, para asegurar la recuperación de la economía y
el retorno de la inflación hacia los niveles consistentes con sus objetivos. Como en la
minuta de agosto, dicha institución volvió a indicar que el comité mantendrá su política
de reinvertir los principales de los activos que mantiene en su hoja de balance,
algo que el consenso de analistas ya daba por descontado. A la publicación del comunicado,
la reacción del mercado no se hizo esperar. Sólo 15 minutos luego del
anuncio, el índice S&P500 trepó 0.5% respecto de su valor de apertura. Pese a ello,
en la medida en que, al no brindar detalles sobre el QE2, la minuta no satisfizo las
expectativas del mercado, unido a los resultados negativos del sector inmobiliario, tal
pico alcanzado en el día se desplomó 0.7% hasta el cierre del mercado, lo que derivó
en un resultado diario negativo (-0.2%).
En línea con el panorama preocupante de la actividad mostrado en el comunicado
de la FED, los últimos datos del sector inmobiliario no son los más auspiciosos. En
primer lugar, las construcciones iniciales de vivienda subieron más de lo esperado en
agosto (598 mil vs. 550 mil), lo cierto es que se mantienen bastante por debajo de
su nivel pre-crisis o promedio histórico. Así, dichas construcciones no sólo han caído
42% respecto del inicio de la crisis, sino se encuentran aún 60% por debajo de su
promedio histórico (1.5 millones). Por su parte, de acuerdo con la Agencia Federal
de Vivienda, los precios de las casas cayeron 0.5% en julio respecto del mes anterior,
superior a lo esperado por el consenso de analistas (0.2%). De acuerdo con la
agencia, ello respondería a la gran oferta de casas, la que se mantendría en el corto y
mediano plazo. De hecho, el número de meses necesario para liquidar los inventarios
de viviendas es 12.5 meses, el más alto de la historia. Finalmente, pese a que
se espera que la venta de casas existentes (que representa cerca del 80% del sector
inmobiliario total) crezca en agosto respecto de julio (5%), ello respondería a que en
julio, se registró la caída más grande de su historia (27%). Más aún, dicha expansión
aún situaría las ventas alrededor de 19% por debajo de su nivel pre-crisis.
Así, queda claro que el panorama para EE.UU. sigue siendo poco auspicioso. El crecimiento
seguiría, aunque lento y debajo del potencial por un período prolongado. La
preocupación de a FED es evidente y los datos más recientes le dan la razón. Todo
indica, entonces, que las medidas del QE2 caen por su propio peso (y no tardarían).
Fuente: BCP
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