En medio de un creciente pesimismo sobre la recuperación en EE.UU., detonado por
las decepcionantes cifras del sector inmobiliario, el Bureau of Economic Analysis
(BEA) anunció que la economía habría crecido 1.6% en 2T10, dato revisado y me-
nor al estimado previo (2.4%). Si bien la cifra se situó por encima de lo esperado
por el consenso (1.3%), lo cierto es que siguió mostrando una fuerte desacelera-
ción: en 2T10, la expansión fue 2.1 puntos porcentuales (pps) menor que en el
trimestre previo. Respecto de la composición de la cifra, destacaron el menor impul-
so de la recomposición de inventarios y el aporte negativo de las exportaciones ne-
tas. Los inventarios aportaron menos de la cuarta parte de lo que lo hicieron en
1T10, sumando a las perspectivas de que el impulso de oferta es sólo transitorio y
pierde vigor. Asimismo, el aporte negativo de las exportaciones netas fue el más alto
en 60 años. Tal desempeño respondió a que, mientras que las exportaciones crecie-
ron sólo en 9.1% respecto de 1T10, las importaciones lo hicieron en 32.4%, impul-
sadas por la importación de bienes industriales, de capital, petróleo y autos. Por su
parte, si bien el aporte del consumo privado, tanto en bienes como en servicios, fue
revisado ligeramente al alza (1.4 pps vs. 1.2 pps reportado inicialmente), lo cierto es
que es más débil que en ciclos previos. Así, la recuperación del PBI, excluyendo el
efecto de los inventarios, es de lejos la más lenta en relación a las últimas cuatro
recesiones.
Tras la publicación de la cifra, Ben Bernanke, presidente de la FED, en línea con la
postura tomada en discursos anteriores, manifestó que el ritmo de recuperación de
la economía parece tornarse menos vigoroso que lo esperado. Pese a ello, señaló
que aún existen las condiciones previas para seguir en la senda del crecimiento du-
rante 2011, lo que minimizó las crecientes preocupaciones asociadas al riesgo de
recaída. Asimismo, Bernanke, si bien no anunció la implementación de nuevas medi-
das de estímulo, sí destacó que la FED cuenta todavía con herramientas para estimu-
lar el crecimiento y que las usará cuando considere necesario. De manera particular,
mencionó tres instrumentos en análisis: (i) la introducción de compras adicionales
de activos de largo plazo (¿segundo quantitative easing?); (ii) la mejora de la comu-
nicación del Comité de Política Monetaria, lo que apunta a modificar las expresiones
referidas al tiempo en que la FED espera mantener bajas las tasas de interés; y (iii)
la reducción de la remuneración del encaje, lo que estimularía a los bancos a prestar
más y mantener menos reservas en la FED. Al respecto, consideramos que la abs-
tención de la implementación de medidas adicionales es positiva, considerando que
(i) los niveles de liquidez en los mercados ya son bastante elevados y (ii) las curvas
de tasas de interés ya se encuentran presionadas a la baja, lo que hace innecesaria
la aplicación de medidas exógenas que refuercen dicho proceso.
Si bien lo anterior ayudó a moderar la incertidumbre del mercado (el S&P500 subió
1.7% el día del anuncio, bastante por encima del promedio del mes de -0.3%), las
perspectivas en adelante son aún débiles. El sector inmobiliario y el mercado laboral
seguirían deprimidos. De acuerdo con la encuesta ADP de empleo, el sector privado
realizó 10 mil despidos en agosto, los primeros en lo que van del año y que distan
significativamente de lo esperado por el consenso de analistas (+15 mil empleos).
Por su parte, si bien las ganancias de los bancos en 2T10 superaron a los del trimes-
tre anterior (US$ 21,600 MM vs. US$ 18,000 MM) producto de la recuperación
económica, lo cierto es que la lista de los “bancos con problemas” asegurados en el
Federal Deposit Insurance Corp. (FDIC) también aumentó a su nivel más alto desde
1992. Así, dicha lista asciende a 829 bancos, 7% más que en el trimestre anterior,
lo que impediría que los bancos tomen una postura más permisiva el momento de
otorgar créditos y, por tanto, resta margen de acción a los lineamientos de la política
monetaria propuesta por la FED.
Queda claro, por tanto, que el contexto actual sigue siendo de gran incertidumbre. La
solidez de la recuperación es puesta en tela de juicio y con razón. Con el fin de las
misiones de combate americano en Irak, el presidente Obama ha manifestado que
próximamente dará nuevas medidas de estímulo a la economía (reducciones adicio-
nales de impuestos a las empresas, por ejemplo). Todo indica que la recuperación
débil y altamente dependiente de estímulos persistiría.
Fuente: Banco de Crédito
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