La semana pasada, la publicación del Beige Book del mes de agosto, reporte que
muestra la situación económica de 12 estados, reflejó que, si bien la recuperación se
sostiene, existen señales más amplias de desaceleración en la actividad. A diferencia
del reporte del mes anterior, cuando se reportó que “la actividad económica siguió
creciendo, en el balance”, esta vez 5 estados manifestaron “crecimiento moderado”,
mientras que sólo 2 reportaron “mejora en neto” y los 5 restantes “condiciones mixtas
o desaceleración”. Entre las señales de desaceleración se puede mencionar que
el gasto del consumidor creció, en el balance, pero los consumidores se mantienen
precavidos. Además, el sector servicios se mantuvo estable o ligeramente dinámico,
aunque el ritmo de expansión de la producción manufacturera cedió. Asimismo, la
venta de casas y la construcción siguieron moderándose, en tanto que los proyectos
inmobiliarios de uso comercial se mantuvieron débiles. Finalmente, los bancos reportaron
sólo una modesta mejora en la calidad del crédito, mientras que la demanda
por créditos fue ligeramente menor a la observada un mes antes.
Si bien los indicadores recientes de la economía aún no brindan una lectura determinante
respecto de lo que sucedería en adelante, siguen apuntando a una moderación
cada vez más generalizada de la actividad. En efecto, pese a que las ventas
minoristas, que fungen de aproximación de la demanda interna, se incrementaron
en agosto por segundo mes consecutivo (0.4% respecto de julio), en términos
anuales se aprecia una desaceleración después del pico alcanzado en 1T10, cuando
las perspectivas sobre la economía se encontraban al alza. En ese sentido, si bien la
noticia se percibe como positiva (pues reduce los riesgos de una recaída), augura un
lento crecimiento de la demanda en adelante. Por su parte, el crédito de consumo
viene cayendo, en términos mensuales, desde hace casi dos años y de manera consecutiva
(a excepción de 3 oportunidades en las que la expansión fue solo marginal).
Así, en julio, dicho crédito alcanzó 16.6% del PBI (US$ 2.4 billones), 1.2 puntos
por debajo del máximo previo.
En medio de tales resultados, los indicadores del lado de la oferta, que impulsaron la
recuperación, mostraron una desaceleración que se traduce en una mayor presión
sobre el pronto repunte de la demanda (poco probable). Así, la producción industrial
en agosto moderó su ritmo de expansión de 0.6% a 0.2% respecto del mes anterior.
Si bien el resultado se ubicó en línea con lo esperado por el consenso, representa
sólo la tercera parte del crecimiento promedio en lo que va de la recuperación.
El desempeño de la producción industrial de agosto se debió a la significativa moderación
en la producción de autos (-5%), luego de que en el mes anterior la expansión
alcanzara 9.5% (la mayor en un año) y considerando que agosto suele ser un
mes de mantenimiento de las fábricas. En línea con ello, el uso de capacidad instalada
creció, aunque a un menor ritmo, lo que hace más lenta la convergencia a los
niveles pre-crisis. En efecto, el uso de capacidad instalada alcanzó 74.7% (vs. 74.6%
en julio), lo que se ubica aún lejos del reportado previo a la crisis (80.6%) y del
promedio histórico durante los últimos 20 años (80%).
En línea con el panorama todavía incierto en adelante, el gobierno dio detalles sobre
el paquete de estímulo al mercado laboral. La medida incluye, principalmente, (i)
US$50 mil MM en inversión en infraestructura de transporte, (ii) la renovación (hasta
finales de 2011) y expansión (desde un 50% hasta un 100%) de la exoneración
tributaria para la nueva inversión, (iii) la permanencia del tax credit para I&D y (iv) la
renovación de los beneficios tributarios a la inversión propuestos durante la administración
de Bush (los beneficios al segmento de ingresos altos están en la polémica
de ser extendidos o no). Pese a que ello le daría un impulso positivo a las expectativas,
la viabilidad de corto plazo es aún discutible y se estima que su impacto en la
economía sería moderado.
Con todo lo anterior, queda claro que los indicadores económicos de EE.UU. aún no
brindan una lectura clara en adelante, aunque parecen apuntar a un escenario de
crecimiento prolongadamente lento. Mientras que las variables de oferta, que impulsaron
la recuperación, parecen perder vigor, las variables de demanda, que son llamadas
a sostener la salida, no aparecen (y no lo harían en el corto plazo). En ese
contexto, son muchos los esfuerzos que se intentan hacer, aunque sus impactos,
lamentablemente, no son todavía claros.
Fuente: BCP
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